Natalia Benítez

psicóloga

Nuestro bienestar depende en gran medida del cuidado que hagamos de nuestra salud mental. Por eso, para mí la psicología, además de mi trabajo, es mi gran aliada. Gracias a ella, podemos encontrar la herramienta o el método para afrontar aquello que nos causa malestar y esa es mi motivación en cada consulta, ayudar a las personas que acuden a encontrar las herramientas que les ayudarán a hacer frente a las dificultades que están experimentando.

Como psicóloga, la corriente principal en la que me he formado es la cognitivo conductual, pero gracias al Máster en Psicología General Sanitaria he podido conocer también las terapias de tercera generación y la Terapia Familiar Sistémica.

Psicologia-infanto-juvenil

Desde que tuve el primer contacto con la psicología clínica, que fue cuando realicé prácticas en un centro de salud mental, me di cuenta de lo mucho que disfrutaba al poder aprender de cada persona que acudía a consulta. Además, tener la oportunidad de conocer cómo funciona el sistema público de salud y sus protocolos siempre es interesante y resulta útil para comprender mejor a los/las pacientes y el posible recorrido que hayan podido seguir hasta llegar a la consulta privada de psicología. Pude ver muchos casos de Trastornos del Espectro Autista, de TDAH, Trastornos del Desarrollo y también casos en los que el deterioro de las relaciones familiares habían influido en el bienestar de los y las menores.

"Es cierto que la formación como psicóloga que se ofrece es muy amplia y que cuando estás acabando la carrera te quedas con la sensación de que hay muchísimo que aún no sabes"

Por eso, el año posterior a finalizar la carrera como psicóloga comencé a estudiar el PIR (examen que da acceso al sistema sanitario público a los psicólogos), ya que me parecía una opción interesante para el futuro, a la vez que hacía múltiples cursos y mejoraba idiomas. Todo ello iba encaminado a conseguir acceder al Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad de Murcia, tarea no tan sencilla, ya que hay pocas plazas y mucha demanda. Cuando entré, además de profundizar más en los contenidos que había visto en el Grado de psicología, pude conocer algunas corrientes diferentes al enfoque cognitivo-conductual.

En el primer curso del máster, hice prácticas en AFES (Asociación de Familias y Personas con Enfermedad Mental), en el centro de día de Murcia. Aquí pude aprender ampliamente sobre enfermedad mental grave de la mano de los propios usuarios y usuarias, ya que se encontraban en fases estables de su tratamiento y podían explicar síntomas, vivencias y experiencias. También tuve la oportunidad de asistir al grupo de patología dual (casos en los que el problema de salud mental ocurre a la vez que una conducta adictiva) y fue así como descubrí que me interesaba muchísimo la población con conductas adictivas.

En el segundo año de máster hice prácticas en una clínica de Cartagena enfocada sobre todo a la rehabilitación neuropsicológica y decidí quedarme una vez acabado el periodo de prácticas oficial, ya que me lo ofrecieron y sentía que estaba aprendiendo mucho. Aquí pude realizar consultas tanto con menores como con personas adultas y también impartí talleres grupales de estimulación cognitiva.

Profesional psicologa

Una vez acabado el máster, mi familia decidió mudarse a Elche. En ese momento comencé a trabajar en una asociación que se dedica a la realización de proyectos sociales en colaboración con entidades públicas, otras asociaciones, AMPAS, etc. En poco tiempo pasé de impartir talleres (estimulación cognitiva, prevención de conductas adictivas, promoción de hábitos saludables, escuelas de familia, etc) a coordinar las áreas de educación social y salud. La gestión de proyectos sociales es desafiante y requiere mucha implicación, pero al final es muy satisfactoria y los buenos resultados te recuerdan que estás contribuyendo al bienestar de diferentes grupos de personas.

Durante los años posteriores a la carrera he seguido formándome de manera continua en áreas como: conductas adictivas, bullying, cyberbullying y otros problemas del ámbito educativo, conducta suicida, primeros auxilios psicológicos e intervención en situaciones de emergencia, bienestar y técnicas de relajación, además de profundizar en los síntomas de ansiedad y depresión, que son quizá los más presentes entre la población.

 

En paralelo al trabajo en la asociación, desde hace un par de años, decidí dar el paso hacia uno de mis sueños, que es poder especializarme como psicóloga clínica. Comencé esta andadura con mucho respeto hacia la profesión y con muchas ganas de poder atender y ayudar a personas de manera individual.

Y aún sigo con todas esas ganas y aún más respeto por esta disciplina, en lo que espero que sea un camino largo y lleno de frutos.

No hay emociones malas, todas son útiles y necesarias
Todo se puede arreglar si te tomas el tiempo de averiguar qué está roto
Haz una pausa, respira y pregúntate cómo estás de verdad
Poner límites y asumir nuestra parte de responsabilidad son procesos difíciles pero suponen un gran crecimiento
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Mi formación