Verónica Santoyo

nutricionista

Los mejores sueños suceden despiertos

Estudiar Nutrición fue algo que tuve muy claro, mucho antes de llegar a la universidad. Llegue con una ilusión inmensa a la carrera de Nutrición. Fueron 3 años de muchísima teoría y muy poca práctica, con profesores sin formación en el campo de la nutrición. Salí teniendo muy claro esa no iba a ser mi forma de trabajar. En 2009 abrí mi pequeña consulta de Nutrición, una habitación de 3*3 metros.

Tenía que estudiar de manera independiente: buscar, leer y formarme para poder conseguir un enfoque totalmente integrativo de la nutrición, que siempre ha sido parte de mi filosofía como nutricionista y mía propia.

nutricionista de Elche tumbada en un parque de Asturias

"Siempre me había gustado la parte de diagnóstico y laboratorio, comprender las patologías, conocer su clínica para complementar mi campo como nutricionista"

Esto es tener química

Decidí estudiar Técnico de Laboratorio en Diagnóstico clínico y esto me llevo a trabajar y formar parte de un equipo de laboratorio en el Centro Inmunológico de Alicante. Diagnosticaba patologías que después trataba en mi propia consulta. Fue apasionante y también agotador, era prácticamente nómada: viajes a Alicante a las 6am., vuelta a la consulta a las 3pm., y a las 9pm., al gym. No podía seguir mucho mas así, tenía que elegir entre mi pequeña consulta como nutricionista o el laboratorio.

¿Ya sabéis cual fue mi decisión?

Sabía que implicaba mucho más riesgo y esfuerzo ser autónoma. Sin embargo, me daba la posibilidad de trabajar como quería en un campo que me apasiona. Decidí mirar más alto ya que me daba la posibilidad de hacer mi propio camino, crecer y trabajar como quería en un campo que me apasiona. La nutrición.

La naturaleza es mi medicina

Soy una apasionada de la naturaleza, la montaña me atrae y me hace RE-conectar. Disfruto cada paseo y carrera que me saquen de la ciudad para inundarme con el entorno. Desde pequeña, he tenido mucho contacto y complicidad con los animales y el entorno. Pero no fue hasta conocer a Dani que descubrí esa relación y necesidad de estar en contacto con ella. El me animo a salir de esa zona de confort y acercarme un poco mas a aquello que me equilibraba, movía y motivaba.
Todo esto hizo que me entusiasmara los deportes de montaña y como corredora de montaña, pensé que mi primer paso sería especializarme en Nutrición Deportiva. No creo que un profesional sanitario deba detenerse en un solo campo, el cuerpo y la salud es un todo, no son protocolos, ni cachitos. La actualización en Nutrición es esencial para trabajar con un enfoque nutricionista integrativo.

Una piedra en el camino

Una lesión de tobillo en la montaña: artritis post-traumática con edema óseo y tenosinovitis de los flexores de los dedos… No está mal, ¿verdad?

Estaba pasando un mal momento, mi abuelo sufrió un ictus. Mi alimentación no era buena: poco variada e insuficiente. Los entrenamientos eran ir rápido a correr y desahogar lo que pudiera. Evidentemente, mi cuerpo respondió.

Mi libertad, mi desahogo se había esfumado. ya no podía correr, ni caminar, ni salir con la bici a la montaña, ni siquiera levantarme para recibir a mis pacientes. La lesión estaba hundiendo mi estado de ánimo.

Como no se estarme quieta… eso no podía quedar así. Busqué y busqué, y encontré!!! Empecé a trabajar mi lesión con María Jesús Coll fisioterapeuta deportiva y con Salva Gil Entrenador-Readaptador.

Fue un año para parar, pensar y aprender. Lo que me llevó a formarme como entrenadora personal de Alto rendimiento y técnicas avanzadas de musculación, ¡No podía volver a lesionarme! Tenía que ampliar mi campo de trabajo. Tanto tiempo para pensar, eso tenía que llevarme a algún lado.

¿Qué pasa con esos pacientes que tienen hábitos totalmente saludables pero presentan lesiones constantes, malas digestiones, analíticas preocupantes…? 

Sienta bien perderse para encontrarse

Tenía mucha sintomatología digestiva, estaba cansada, tenía eccemas en el pelo, me picaba y siempre tenía muchísimo sueño. Tras muchas analíticas en las que “no pasaba nada”, conseguí una petición hormonal y anticuerpos tiroideos y ¡PAM!, ¡tiroiditis de Hashimoto, al canto! Además de una prolactina por las nubes.

Empecé a obsesionarme por las enfermedades crónicas, y patologías autoinmunes, ¿cómo mejorar la calidad de vida, mía y de esos pacientes que viven esa misma situación?

Cambié mi nutrición y mejoré la autoinmunidad. Pero cuanto más me formaba y aprendía, empecé a sospechar que había algo más. Llega el primer diagnóstico, un SIBO (en realidad IMO, sobrecrecimiento metanogénico intestinal). Como ellos no querían investigar de donde pudo derivar toda esa situación, continué la búsqueda y llegó el siguiente diagnóstico, la Celiaquía.

Sin escalar la montaña,
no veras el paisaje

La salud intestinal es clave para comprender muchas patologías, saber abordarlas y conocer cómo pueden estar influyendo en nuestra salud.

Me especialicé en Patología digestiva. Empecé a indagar sobre microbiota y descubrí la PNIEc (Psico-Neuro-Inmo-Endocrinología Clínica). Nuestro estilo de vida, hábitos alimentarios, entrenamientos excesivos o mal estructurados, ritmos circadianos, fármacos, estrés…  Son factores que afectan a la asimilación de nutrientes y a una buena gestión de nuestra inmunidad.

Empecé a formarme en todas las áreas que me estaban afectando. Conociendo e integrando la fisiología y fisiopatología en mí y mis pacientes. Hice cursos, formación de postgrados con enfoque en PNI, integrativo y funcional.

Cambió mi calidad de vida, mi estado físico y mental.
Sin síntomas y sin medicación. Efectivamente, ¡era por aquí!
Ahora, más de 14 años desde que abrí esa pequeña consulta de 3*3, el sueño de poder trabajar como nutricionista con un enfoque totalmente integrativo y evolutivo con un equipo interdisciplinar se ha hecho realidad. Hemos podido ampliar e integrar los servicios de Nutrición, Entrenamiento y Psicología con dos grandes compañer@s y profesionales. Comienza un nuevo proyecto y espero que un largo camino.

Mi currículum